8 de junio de 2012

Haciendo historia sobre el vestido de novia

Hoy, desde Atmosphera Eventos , te invitamos a hacer un poquito de Historia para conocer las raíces del uso como tradición del vestido de novia, algo que se remonta a siglos atrás.
El uso de un vestido blanco para la ceremonia de la boda data de la época inmediatamente posterior a la Edad Media. En ese tiempo, la boda no tenía las características de amor y romanticismo que conocemos hoy en día, y era más una unión de dos familias bien por intereses económicos, políticos o sociales.
La novia en ese momento representaba a su familia, y más concretamente a su categoría social, así que en aquellos tiempos, el poder llevar un vestido de novia de las características que conocemos hoy en día representaba el nivel económico de la misma: llevar mucha telas dando al vestido un gran volumen, bordados y pedrería, le daban al vestido y a quien lo llevara un estatus determinado.
En esa época, el vestido no necesariamente tenía que ser blanco: lo que hoy en día asociamos al color tradicional de la novia por la pureza que representa, en aquella época reflejaba que se trataba de una mujer de la alta sociedad, ya que si se usaba ese color, era más por el precio de las telas blancas. La idea de asociar el color blanco a la pureza es más religiosa que económica y no se instauró hasta décadas más tarde.
Y en cada época, el vestido de novia ha tenido un silueta distinta: un estilo y un corte dedterminador. Así, tradicionalmente el corte del vestido de novia se adapta a la moda de los tiempos. Podemos ver como a principios de 1800, la moda estaba marcada por el estilo afrancesado y burgués, con talle imperio y los volúmenes muy rectos, inspirados en la moda francesa de la época, que a su vez estaba inspirada en la era clásica greco-romana.

Dando un salto en el siglo XIX, nos paramos en la década de 1860. En esta época los vestidos de novia dejan el clasicismo y se vuelven más elaborados. Se pone de moda el miriñaque, lo que le da un gran volúmen a las faldas de las mujeres.



En vez de usar capas y más capas de enaguas, se empieza a usar esta estructura formada por aros de metal, para darle ese aspecto abultado a la figura y sin que pese tanto como las enaguas. Aunque no era una moda muy cómoda, hay principalmente dos motivos por los cuales se usó el miriñaque en estos años: por un lado, es una magnífica forma de resaltar la cintura y disimular las caderas, y por otro, representaba un status social, ya que ni las enaguas ni el miriñaque ni el polisón eran prendas económicas; una vez más, la moda se convirtió en un modo de resaltar las diferencias sociales.


En el siglo XX, la evolución de los diseños dio otro gran salto. Pero eso, lo dejamos para otro día...

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